Japoneses infiltrados se forraron gracias a Ronaldinho
Se colocaban en el campo de La Masia (Barcelona) detrás del gaúcho con carteles anunciando productos
Al estar escritos en japonés nadie se enteró que estaban realizando publicidad casera
La picaresca ha dejado de ser patrimonio de latinos. En el periodo previo al Mundial de Alemania, un grupo de avispados japoneses utilizó la permisividad del FC Barcelona con periodistas y aficionados para forrarse gracias a Ronaldinho. Los japoneses infiltrados acudían a los entrenamientos del Barça, abiertos a la prensa y en algunos casos a los espectadores, con carteles escritos en japonés.
La estrategia era la siguiente: colocarse detrás de Ronaldinho y hacer la foto. Así en primer plano salía la imagen del gaúcho y de fondo el mensaje de rigor, tipo “Compra en la mercería Pepita” (ejemplo inventado, obviamente) que después salía publicado en Japón . Como ningún jugador o miembro del cuerpo técnico habla japonés, los avispados publicistas –caseros, eso sí– se forraron.
La historia le llegó a Roberto de Assis, manager y hermano de Ronaldinho, que tiene intereses comerciales en Japón, país donde llegó a jugar un año y medio. Roberto se desplazó hasta Barcelona para poner un poco de orden, tanto en este aspecto como en las entrevistas que medios extranjeros poco acreditados pedían a su hermano. Japón fue uno de los rivales de Brasil en la primera fase de la Copa del Mundo.
Los pícaros nipones no pudieron hacer lo mismo en Italia ya que allá los entrenamientos son todos a puerta cerrada y ni periodistas ni público pueden asistir salvo en contadas y especiales ocasiones, los llamados 'día del espectador', vamos, como en el cine. Un técnico que estuvo estudiando la forma de trabajo de Rijkaard comentó al volver a su país que las sesiones de trabajo azulgrana son como un 'Gran Hermano', con 300 personas de público, diez cámaras, fotógrafos, periodistas y que así no se puede trabajar.
Esto también chocó a Rijkaard al principio ya que él estaba habituado a los entrenamientos en el AC Milan, donde está prohibida la presencia de periodistas o aficionados, por lo que en principio se trabaja con más tranquilidad. Pero bueno, el Milan tiene una ciudad deportiva impresionante y el Barça aún está en ello. Frank, que es un tipo genial, supo hasta adaptarse a esta circunstancia y no puso problemas: sólo impide el acceso a las cámaras en la última sesión antes de los partidos.
Fuente: elmundodeportivo.es
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